Skip to content

La leyenda del rey de los chanchos

  • by

Entre los animales, los chanchos tienen rey. Ester es en todo parecido a un hombre muy blanco y bonito y anda por los montes con un bordón de oro en la mano vive en un palacio encantado en los altos de Sankrá-ua y en e su puerta tiene de guarda un tigre muy grande.

Al rey de los chancos no le gusta que le flecheen sus súbditos sin matarlos de viaje. Y una vez había en Boruca uno de aquellos que tenía fama de mal flechero y siempre hería los animales sin acabar con ellos. Y un día se fue al monte, encontró una gran manada de chanchos y corrió, corrió sin poder alcanzarlos. Cuando reparó el lugar al que había llegado vio que se había extraviado; siguió andando hasta que llegó a presencia del rey de los chanchos (sini-súl-kra). Este lo agarró y le dijo: ¿Por qué me dañas a todos mis chanchos sin matarlos nunca? ¡Ahora sí que no vuelves a salir de mis manos hasta no haberlos curardo a todos! Y allá se quedó mucho tiempo curando chanchos: y éstos no se dejaban hacer, sino que se revolvían y lo mordián, y él sufrió mil penalidades hasta que por fin se amansaron algo y lo seguían por todos lados.

Cuando ya no se vieron chanchos sin curar, el rey lo llamó a su presencia y le dijo que ya podía irse y que cuidara de no volver a herir chanchos sin matarlos. Y también le señaló todos los que podía matar. Entonces el hombre ese se fue por los montes hasta que dio en el Camarronal (Krámra-ua), donde encontró a algunos compañeros cazando chanchos. Estos cuando veían a su curandero, se volvían muy mansos y querían irse y él podía matar todos los que tenían señalados.

Y siempre aconsejaba a sus compañeros nunca herir animales, sino matarlos.

Referencia

Zeledón Cartín, E. (2018). Leyendas costarricenses. Universidad Nacional.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *