Disfrutá de la receta de bizcochos caseros de doña Marjorie y conocé su historia…
Ingredientes
- Queso (1/4 de kilogramo)
- Masa (750 gramos)
- Yuca (1/4 de kilogramo)
- Natilla (450 gramos)
- Leche agria (2 tazas)
- Mantequilla (1 barra)
- Sal al gusto
Preparación
Pelar la yuca y rayarla.
Rallar el queso, alistar la natilla, la masa, la mantequilla, la leche agria y la sal (se utiliza aproximadamente una cucharada pero se debe probar hasta alcanzar el punto que la persona desea, por ello no se debe poner todo de una vez).
En una taza grande mezclar todos los ingredientes y al final probar la sal (debe quedar una pizca pasada de sal porque al hornearse se les quita un poco lo salado). Mezclar bien hasta que todo esté bien combinado.
Luego, hacer bolitas pequeñas que se aplastan en la mano, el tamaño queda al gusto de la persona y luego poner en la bandeja donde se van a hornear.
El horno puede estar precalentado a 180°C y los bizcochos se sacan al estar doraditos; quedan tostaditos y crujientes.
La duración total del proceso es de una hora y media aproximadamente y la cantidad de bizcochos dependerá del tamaño que se hagan.
Notas importantes:
Para saber la cantidad de sal se debe de probar la mezcla porque dependerá mucho de cuánta sal tenga la natilla y el queso.
Historia de la receta
Doña Marjorie no sabe desde hace cuántas generaciones se hace la receta, pero cree que la bisabuela materna de ella también la hacía.
Ella se acuerda que su abuela y su mamá se reunían antes de Semana Santa, para hacer las recetas que no podían faltar, entre estas los bizcochos, el pan casero, el tamal mudo y el arroz con leche.
Claramente en la década de los años 70, la forma de hacerlos era distinta, por ejemplo, los ingredientes eran obtenidos en la casa (porque se sembraban o se tenían vacas), y toda la familia desde el viernes antes de Semana Santa debía reunirse en la cocina para la preparación de panes.
En cuanto al bizcocho, la masa se hacía de maíz, ella recuerda que debía molerse y cocinarse, además se le agregaba cal y ceniza la cual provenía del fogón, sin embargo, ya no recuerda todo el procedimiento para crear la masa, por otra parte la yuca era también molida y el queso se rallaba.
Había trabajos específicos para los miembros de la familia, el papá siempre se encargaba de moler el maíz y la yuca, él creó un fogón grande que funcionaba con leña y las bandejas que se usaban eran láminas de zinc que se alisaban y cortaban a la mitad. Para meter esas bandejas se utilizaba una estructura de hierro similar a una paleta muy grande, tal como los describe doña Marjorie.
La cantidad de bizcochos y demás panes era abundante, ya que, debía alcanzar para los 15 miembros de la familia, más las visitas que en su mayoría eran monjas y seminaristas. Comían prácticamente solo pan desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, pues al ser una Semana Santa la tradición era no cocinar después de miércoles, eso sí, se debía respetar los momentos de ayuno.
Al momento de cocinar los bizcochos en el fogón, estos iban en la bandeja sobre la cual se ponían hojas de plátano y los bizcochos se colocaban encima de ésas, luego de que se asaban se conservaban cubiertos en nuevas hojas de plátano dentro de un balde y guindados en el techo para cuidarlos de las hormigas.
El maíz, la leche, el queso y la natilla eran productos de la misma familia, sin embargo, no todos los vecinos tenían ganado y era común que les encargaran estos productos para distintas épocas del año, incluyendo Semana Santa, Navidad y Rezos del Niño.
La receta, ella la aprendió a hacer desde pequeña y todas las hijas e hijos la aprendieron igual y hasta el día de hoy la mayoría mantiene la tradición de los bizcochos en Semana Santa; sin embargo, ahora no envuelven los bizcochos en hojas de plátano ni para cocinarlos, ni para guardarlos, además, ya no se hace la masa de manera casera y no los cocinan en un fogón. Lo que se sigue respetando es no refrigerarlos y se espera que los ingredientes sean lo más caseros posibles, haciendo énfasis en la leche agria.
Esta receta, aunque se ha pasado a las generaciones nuevas, doña Marjorie cree que cada vez son más los familiares que no saben hacer bizcochos.
Fuente: https://hornomx.com/es/2020/07/14/chipa/