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Historias de épocas sin agua en los hogares costarricenses

Hoy en día una gran cantidad de la población costarricense tiene acceso a servicios básicos, pero eso es una realidad de hace pocas décadas. Un tiempo atrás, el modo de vida de las personas se tenía que adaptar a sus posibilidades. Por ello, estaban acostumbrados a comunicarse de distinta manera que se hace hoy en día, como con cartas o a movilizarse a caballo, en vez de carro. En este caso, se hablará de cómo era la vida de las personas sin agua. Hoy en día, el hecho de que los servicios de agua sean racionados por unas horas al día, es algo molesto para las personas que nunca han estado familiarizados con las dificultades del acceso a agua. Por ello se quiere mostrar, como fue la vida de las personas que no

tuvieron ciertos las personas que no tuvieron ciertos medios para vivir y como lidiaban con ello. Antes la infraestructura del país no se asemejaba con la del día de hoy. El paisaje en la mayoría del país, era rural y por ende en esas zonas, era donde menos había servicios básicos

como luz o agua. Por lo que las
personas se tenían que movilizar,
para conseguir ese recurso. Las
familias solían mandar a sus hijos
a recoger agua varias veces al
día, para cocinar, bañarse y para
alimentar a los animales. No se
recogía agua para el baño, ya que
se tenía un escusado de hueco.
Como las familias solían ser
bastantes numerosas, todos los
hijos iban juntos hasta el lugar
donde recolectaban agua. En
este caso, se habló sobre el tener
que bajar hasta una naciente a
recoger el agua. Esa naciente
era compartida por todos los
vecinos del lugar. Pero como eran
los niños los que solían tener
que ir hasta ese lugar, duraban
más tiempo que los adultos

ya que empezaban a jugar con
el agua. Duraban alrededor de
20 minutos bajando al lugar,
recogiendo el agua y volviendo
a subir hasta la casa. (L. Solano,
comunicación personal, 30 de
junio de 2020).
En la naciente se podían bañar
solo los hombres. Las mujeres
tenían que subir el agua para
poder bañarse, pero eso era solo
3 o 4 veces a la semana pues
si no se tenía ropa con la cual
vestir, era mejor quedarse como
estaba. El agua que se llevaba
hasta el hogar, era utilizada para
preparar la comida de todo el
día y si quedaba agua, se les
daba a los animales que se
tuvieran. Por eso es que tenían

que bajar tantas veces al día a
conseguir agua, pero el tener
que hacer eso por tantos años,
hacía que se acostumbraran a ir
y que dejara de ser tedioso. Se
cuenta que hasta era divertido,
porque al no tener que ir con
los adultos, se sentían más
libres e independientes, aunque
les dolieran un poco los pies
por ir sin zapatos. Al llegar se
tiraban el agua unos a otros y
hasta trataban de agarrar a las
alúminas, que eran unos peces
muy pequeños que habitaban
en el agua de las nacientes (A.
Solano, comunicación personal,
30 de junio de 2020).
Cerca de la naciente se construía
un tubo para utilizar el agua
de forma más fácil y para que
el agua que se ensuciara, no
contaminara la demás agua

que iba a ser utilizaba por los vecinos. Una solución para no tener que hacer el viaje para recoger agua, era la construcción de un lavadero, que era un tanque que se llenaba con agua y se le agregaba una tabla de madera para lavar de forma más fácil la ropa cerca de la naciente. Pero eso muy pocas personas lo construían (L. Solano,
comunicación personal, 30 de junio de 2020). Las nacientes no eran las únicas fuentes para recolectar agua.

También se obtenía de la lluvia. Esa era una gran solución cuando no se quería caminar quinientos metros hasta la naciente. Además, ayudaba que fuera en una zona tan lluviosa como Juan Viñas. Lo que se hacía era poner estañones afuera de la vivienda o al haber canoas, se los acercaba al lugar donde cayera el agua. Pero en ese entonces, había personas mayores que decían que no era saludable tomar o
bañarse con esa agua, porque era considerada impura (L. Solano, comunicación personal, 30 de junio de 2020). Lo que se mencionó, demuestra una pequeña parte de la vida de las personas en una zona rural hace varias décadas en el país. En ese momento tener acceso fácil al agua, electricidad, a artefactos electrónicos o a carros, era algo muy poco común y que empezó a cambiar lentamente. Por eso,
las personas se acostumbraban a la movilización para obtener lo que necesitaban, en este caso tenían acceso a agua a quinientos metros de la casa, pero eso

no era la regla para todas las personas. Lo mismo ocurría con la movilización, porque cuando no se poseía caballos, se debía caminar hasta el centro del pueblo para poder montarse a un
camión o a un bus. Fue hasta la década de 1970, cuando la zona de Juan Viñas tuvo acceso a agua
y que se empezaron a adaptar al sistema con el que se vive en muchos hogares del país.

Créditos:

Daniela Argüello Camacho
Estudiante, TCU-486

Imagen tomada de: https://www.acciona.com/es/tratamiento-de-agua/desalacion/

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