Antiguamente, la autoridad en el pueblo era sumamente
respetada. Existían los policías rurales y los llamados policías del resguardo, quienes siempre estaban listos para evitar las sacas de guaro de contrabando.
Acá en San Mateo se guarda gratos recuerdos de José Rodríguez, más conocido como Josepe, quien en la década 1950 tenía a su cargo velar por la seguridad del pueblo de San Mateo.
Vigilante, este policía caminaba por las calles velando por la seguridad de todos los habitantes del pueblo.
Con coyunda de cuero de toro, era común que chilillara a los menores de edad, quienes se entretenían en el centro del pueblo después de las siete
de la noche. Antes de esa hora, Josephe advertía a los menores de edad que debían irse para sus casas, sino les podía dar chilillada con autorización de los padres.
-“El policía nos despachaba para la casa, y nosotros teníamos que irnos sin mucha resistencia” – comentó Lourdes Rodríguez, vecina de San Mateo de Alajuela.
Pero, para Jorge Villalobos, lo más curioso era que a pesar de que el policía les diera el chilillazo, cuando llegaban a sus casas, los papás los recibían con otro chilillo por haber llegado tarde a la casa. Además de que siempre se aprobaba la acción del policía.
Otra anécdota asociada con este personaje tiene relación con la instalación del primer teléfono en el pueblo. Según cuenta Jorge Villalobos, cuando se colocó la primera línea telefónica en el pueblo, esta fue toda una novedad. Durante el primer día, el uso del teléfono fue abrumador, dado que las llamadas no tenían costo y muchos en el pueblo, querían tener la experiencia de llamar por teléfono, por lo que hacían grandes filas en el parque para tener acceso a él.
Josepe quería también participar de la novedad, por lo que se acercó al parque para hacer su llamada telefónica. Este llamó a un amigo de apellido Collado para que le comprara un par de zapatos del mismo color de los que andaba puestos y el chiste está en que, para que su amigo supiera cuál era el color de los zapatos que él quería, acercó la bocina del teléfono a sus zapatos.
Informantes:
Lourdes Rodríguez & Jorge Villalobos. (2011).