Sobre el imponente río Jesús María, entre el límite entre las provincias de Alajuela y Puntarenas, especícamente en el distrito esparzano de San Rafael, se ubica un hermoso puente de piedra tallada conocido popularmente como el Puente de las Damas.
De acuerdo con una publicación realizada en el Periódico El Mentor Costarricense que data del 15 de junio de 1844, el Puente de las Damas fue construido a mitad del siglo XIX, en una época de oro del cultivo del café, y ante la necesidad de contar con mejores caminos para facilitar el transporte del grano de San José hacia Puntarenas para su exportación
hacia Europa.
Se afirma que dicho puente fue construido con el financiamiento obtenido por miembros de la Sociedad Económica Itineraria de Costa Rica constituida por acaudalados empresarios y cafetaleros que asumieron la construcción de la carretera hacia Puntarenas, incluyendo la construcción de varios puentes sobre los ríos Jesús María, Machuca, Esparza, entre otros.
Dado el alto costo del puente, la Sociedad decidió buscar donaciones públicas para financiar la obra, y es donde se destaca que de forma particular, para el caso de este puente, se recibió un alto aporte de
mujeres pertenecientes a familias adineradas tal como quedó registrado con sus nombres en las actas elaboradas para tal fin, de ahí que se denominara como Puente de las Damas.
De bellísima arquitectura, este puente ostenta la declaración de Monumento Nacional desde el año 1974. Las primeras damas contribuyentes para la construcción de este hermoso puente fueron Dolores Oreamuno, viuda del Jefe de Estado Manuel Fernández Chacón; su cuñada, la señora Gerónima Fernández Chacón, viuda del cafetalero Mariano Montealegre Bustamante y sus hijas; asimismo, contribuyó Magdalena del Castillo Villagra, esposa del político y empresario Gregorio Escalante Nava.
La obra se construyó entre 1844 y 1845 y tuvo un costo aproximado de 8000 pesos. La historia popular del nombre de este puente, remite a que estas destacadas señoras visitaron el lugar en el momento de la construcción e inauguración del puente. Cuentan que donde se bajó la Primera Dama, la esposa del presidente, acompañada de un grupo de destacadas señoras de la alta sociedad, tuvieron que levantarse un poco los chingos de su largo vestido para cruzar el río y poder pasar al otro lado sin ensuciarlo. Recordemos que antes se usaban largas faldas con encajes y bordados. Eran tan largas las ropas que a la mujer no se le veía ni el tobillo.
En tiempos pasados, el área servía como camino para el tránsito de las carretas cargadas de café desde San Ramón hasta Palmares. Era un lugar de descanso de los transeúntes y también para el sesteo, donde los boyeros descansaban para luego seguir el camino hacia Puntarenas.
A partir de la necesidad de las carretas de cruzar, fue que se construyó el puente. Los caminos por donde pasaban las carretas con café se llamaban “Calles Nacionales”. La calle que antes llegaba a San Mateo llegaba a un costado de la plaza de San Mateo.
Se hace la diferencia entre este puente y el famoso Paseo de las Damas en San José. Se afirma que su denominación data igualmente a fines del siglo
XIX, en una zona de alto desarrollo puesto que se ubicaba la Estación de trenes al Atlántico y se evidenciaba un alto crecimiento residencial de migrantes europeos y familias acaudaladas, muchas de ellas vinculadas con la comercialización de café negro. Estos frutos, dicen los miembros del Centro Diurno de San Mateo, que también eran conocidos como damos.
Informantes:
German Morales, Rosita, Norma & Javier. (2012)