Skip to content

Feria del Picadillo La Gloria De Puriscal

Dedicarle tiempo a las personas es una forma de apreciarlas, de quererlas. Dedicamos tiempo para conversar, tiempo para jugar, tiempo para compartir, tiempo para cocinar y también, tiempo para preparar un picadillo. Por eso se podría decir que los picadillos hablan y dicen de la atención que una o varias personas ponen sobre lo que otras comerán. El picadillo es una forma de dedicarle tiempo a las personas. Una forma de querer.

Quién prepara un picadillo transfiere a sus manos la historia tal vez desconocida del legado indígena de los alimentos y del encuentro no siempre alegre con los españoles que vinieron después. Porque “picar” los alimentos es muy del legado hispano, pero lo hacemos con ingredientes indígenas. En las manos de quién se ocupa de un picadillo está también la historia familiar, porque todo picadillo se prepara “como lo hacía la abuela”. Cada picadillo es una obra histórica.


Los picadillos son una parte de la historia de la alimentación costarricense, muy indígena, muy mestiza y este recetario es una partecita de esa historia que ustedes han querido contar.

Cada picadillo que aquí aparece de ninguna manera es “el” picadillo. Es solo un ejemplo, un patrón sobre todo para quienes no los han preparado antes. Porque cada familia tiene una forma particular de hacer sus picadillos.

Entonces, considere que cada picadillo aquí presente es una propuesta de cómo hacerlo. En sus manos queda mantener esta tradición, dándole su toque personal o familiar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *