Hipólito Solano
Una historia en los cafetales de Cartago:
Estaba muy joven yo, no recuerdo la edad. Yo recuerdo que iba con mi mamá, era cafetal propio e iba a recoger con ella, pero ya después a los 12 años mi mamá murió…al cabo del tiempo fue muy duro para mí.
Yo soy del campo, yo soy de Nicaragua, pero tengo 40 años o más de estar aquí, ya me nacionalicé aquí. Aquí recolecté más café, en Nicaragua recolecté poco, a veces me iba en otros trabajos. Aquí también estuve en corta de caña, en Chapernal de Puntarenas y estuve en Barra del Colorado, en Tortuguero, picando monte y montaña, en aquel tiempo se picaba con machetes. Aquí hay bastantes lugares donde hay cafetales, pero donde estuve cogiendo nada más en Naranjo, Turrialba, en Río Macho de Cartago, en el Carmen de Guadalupe… recolecté en bastantes lados. A veces cuando estaba muy bueno, me hacía unas 12 cajuelas, a veces 8 o 7.
A veces uno tiene buenas calles, bien bonitos, bien tupido, entonces uno poniéndole con ganas…. ¡pero hay gente que son rapidísimos! Los cafetales hay partes que son buenas y otras que no son tan buenas.
Me encantaba a mi mucho cuando andaba cogiendo café porque había mucha gente que le gustaba vacilar cantábamos… bueno había muchas formas de vacilar, y se me hacía corto el día, entonces me gustaba. Para vacilar… bueno ya ni me acuerdo yo, pero unos hacían sonidos de animales como burros, chiles que contaban mucho…. pero como a veces uno va tan rápido, o sea que va porque uno quiere conseguir bastante… pero claro, a mi me gustaba. Lo que es el cafetal era temporada de 3 meses nada más.
A veces me roban el café, tal vez yo tenía un saco muy lleno y anda allá en lo profundo y cuando venía ya no estaba el saco de café, ¡que colerón! Uno dándole, usted sabe que hasta las manos sucias, uno cansado, los solazos y se lo robaban. Pero eso es así, el ser humano es tremendo… gracias a Dios que no todo está perdido, hay gente de buen corazón todavía.