LIDIA ZOMETA
Una historia en los cafetales de El Salvador
Yo me acuerdo que cortábamos café, mi abuelito tenía unos palitos de café. Nosotros allí jugábamos y ya por último lo que hacían era que nos ponían, a todos los chiquitos, a recoger el café que se caía. ¡Teníamos que andar como si fuéramos gallinas recogiendo el café!